La jardinería como actividad terapéutica
Si supiera que el mundo termina mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.
Martin Luther King
La pandemia Covid-19 y los posteriores confinamientos, parciales o totales que está sufriendo toda la humanidad desde hace ya más de un año han supuesto una dura prueba psicológica para todas las personas. La sorpresa inicial dejó paso al miedo y la incertidumbre después, sentimientos entre los que afloró la esperanza cuando se empezaron a conocer los inicios de la vacuna.
No es raro pasar por toda esta avalancha de sentimientos que cada persona ha combatido como ha podido revelándose la práctica de la jardinería y de la horticultura como actividad terapéutica estrella.
El deseo de cultivar algo se desató y parece que es más que una moda pasajera para convertirse en una tendencia en auge.
¿Quieres descubrir por qué?
Qué es la jardinería terapéutica
Si pensamos que la jardinería terapéutica es un invento de la pandemia del s. XXI nos equivocamos. Ya en la antigüedad se sabía de sus efectos positivos sobre la salud de los enfermos. En el antiguo Egipto, los médicos recomendaban paseos por los jardines a aquellas personas que sufrían alteraciones mentales. En la Edad Media, los enfermos que eran internados en hospitales debían trabajar en los jardines para pagar su estancia y parece ser que obtenían mejores índices de recuperación que los que no lo hacían. En los s. XVIII y XIX, hay referencias a su uso como terapia.
El Dr Benjamin Rush, padre de la psiquiatría americana, dijo “excavar la tierra con las manos tiene un efecto curativo en los enfermos mentales”.
Hay numerosos hospitales que han adoptado la jardinería como actividad que favorece la recuperación psíquica, asociaciones como la Culturally Relevant Urban Wellness Program en Vancouver – Canadá, un centro donde se promueve el uso de espacios verdes como fuente de bienestar, y donde se desarrollan habilidades prácticas al respecto, con jóvenes en riesgo de exclusión social. Asimismo se llevan a cabo en centros de mayores tanto públicos como privados y distintas administraciones municipales, como el ayuntamiento de Barcelona.
Beneficios que aporta la jardinería como actividad terapéutica
- Las plantas crecen, cambian y responden a los cuidados, lo que nos hace sentir necesarios.
- Conecta a las personas con la naturaleza y con experiencias que han tenido lugar en ella, recuerdos placenteros, aromas, paisajes…
- Las plantas no juzgan.
- Estimulan la participación en una actividad y estimulan los sentidos, tacto, olfato y gusto.
Según la investigación realizada por el Grupo de investigación AGR-268 de Naturación Urbana e Ingeniería de Biosistemas (Naturib) de la Universidad de Sevilla, la práctica de la jardinería durante el confinamiento incidió positivamente en el ánimo de sus usuarios.
Cuánto espacio necesito
Esta pregunta, fundamental, para plantearse el cultivo en el interior de las casas es una de las cuestiones disuasorias para emprender esta noble actividad. ¿Es tu caso? Pues vé olvidándote de excusas porque todo va a depender de la finalidad que quieras darle.
¿Ya tienes un jardín pero no le habías dado uso? Escoge un rincón donde empezar a cultivar.
El espacio que necesites dependerá de tus pretensiones, pero lo primero que debes decidir será:
- Si las vas a ubicar en el interior o en una terraza o balcón.
- Puedes utilizar baldas o estantes.
- Un mueble o aparador en desuso puede ser un excelente soporte para poner tus macetas.
- En caso de que tengas un jardín, escoge un espacio que tengas libre, con 2 m2 será suficiente y empieza los preparativos.
Cómo empezar
Los inicios siempre son emocionantes, nosotros te animamos a que te inicies con entusiasmo y olvídate de viejos prejuicios del estilo de “no tengo mano verde”, para aprender a andar todos dimos un primer paso titubeante. Aunque ya hemos hablado con anterioridad sobre tipos de cultivos, te vamos a contar más cosas ahora.
Si vas a cultivar en un piso o apartamento lo fundamental será que busques:
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- Un espacio soleado y bien aireado donde colocar tus plantas. Si es exterior, ten en cuenta el drenaje de aguas. Para interior, no olvides los bajoplatos para el agua residual.
- Unos maceteros básicos de plástico, no te compliques y empieza por lo fácil y económico. Si te preocupa la estética, no te apures y busca unos cubremacetas bonitos para darle un toque chic al “mini jardín”.
- Un idea clara de lo que quieres cultivar. Si lo tuyo son las plantas culinarias te sugerimos: albahaca, hierbabuena, cebollino, perejil o cilantro. Para una buena cosecha de vegetales: tomates, pimientos y zanahorias. Si piensas en planta ornamental: Photos, Rhipsalis, cualquier tipo de cactus y ágaves, helechos, aspidistras o zamioculcas son una apuesta segura.
- Compra un saco de sustrato universal que cumplirá sobradamente con los requisitos de tierra que van a necesitar tus plantas.
- Escoge plantones o semillas según lo que tengas disponible. Si eres del tipo “impaciente” olvídate de las semillas.
Para espacios exteriores:
- Entrecava la tierra y airéala.
- Aporta un poco de sustrato y abono en una proporción de 80-20 % aproximadamente u opta directamente por el sustrato universal que ya lo lleva todo incorporado.
- Escoger planta de sombra o sol en función de la ubicación y ¡ponte manos a la obra!