Rosales en el jardín
Fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante.
El Principito
Cómo tener rosales en el jardín
La rosa es la flor emblemática por antonomasia. Representativa del jardín, no se le conocen detractores. Aunque está generalizada la idea de que es difícil de cultivar, nosotros te vamos a ayudar con esta pequeña guía para que cultives rosas con éxito: desde cómo plantarlas a cómo cuidarlas, con nuestros consejos tendrás tu rosaleda como para enamorar a todos los principitos de las casas reales reinantes.
Ya hemos mencionado que existe la creencia de que las rosas son difíciles de cultivar, nada más lejos de la realidad. Son agradecidas a su cuidado, pero es importante conocer cuáles son sus puntos débiles para evitarlos.
El rosal es un arbusto que florece principalmente en primavera y verano. Aunque en climas que no sean extremos y según la especie y tipo de rosal, la floración se puede extender hasta prácticamente el otoño.
Rosales hay de muchos tipos, tamaños y usos. Si hablamos de variedades y colores, necesitaríamos muchos post lo que acabarían convirtiendo este blog en monotemático. Así pues hablaremos de los más habituales.
Los principales tipos de rosal
Rosales arbustivos. Se caracterizan por estar muy ramificados y tener porte de arbusto más tupido. Al no coger mucha altura, no suelen sobrepasar el metro, funcionan muy bien plantados en parterres.
Rosales trepadores. Distinguidos por sus largos tallos y flores resistentes, necesitan un soporte para su desarrollo por lo que hay que plantarlos adosados a un muro, barandilla, valla, cenador o cualquier superficie que les permita enredarse y desarrollarse.
Rosales de pie alto. Suelen crecer bastante, entre 1 y 3 metros y contrariamente al rosal trepador no necesitan soporte. Como habrás adivinado por el nombre, tienen forma de arbolito, con un tronco fino que termina en una bola compacta. Suelen utilizarse para destacar una rosaleda o de forma singular y aislada.
Rosal enano o de pitiminí. Conformado por pequeñas y delicadas rosas, de floración menos abundante que las otras variedades, tienen mejor uso en maceta o agrupadas en pequeños macizos.
Uno de los grandes productores de rosales en España es Rosales Ferrer está en la Comunitat Valenciana y dispone de unas variedades bellísimas que se acomodan a todas las necesidades y usos de los bellos espinosos.
En climas templados como el mediterráneo, los rosales raramente pierden la hoja y mantienen la floración prácticamente durante todo el año.
Cómo plantar un rosal
Para tener rosales en tu jardín es necesario preparar bien la plantación, para ello tendrás que escoger en qué forma vas a hacerlo, hay dos: en cepellón (que es el arbusto con hojas, incluso puede tener flores) y raíz desnuda (el rosal es un sarmiento). Decantarse por uno u otro lo determina básicamente la época del año. Si bien en cepellón se puede plantar durante todo el año (aunque es aconsejable no hacerlo en los meses más fríos), los de raíz desnuda se lleva a cabo de otoño a febrero.
Un detalle importante si vas a plantar a raíz desnuda es hidratar las raíces previamente (esto no es pertinente hacerlo con los rosales en cepellón), con unas 6 u 8 horas sumergidas en agua con antelación a la plantación será suficiente.
Escoge un lugar de plantación donde reciba el mayor número de horas de sol posible y se encuentre al abrigo de los vientos, bajo un muro, a resguardo de una valla o en una posición donde no reciba corrientes fuertes de aire. El sol es fundamental, sin él, olvídate de conseguir que los rosales en el jardín florezcan.
Deja al menos 40-50 cm de distancia entre dos plantas y cava un hoyo de 30-40 cm, como requisito previo te sugerimos que prepares bien el suelo con una tierra vegetal adecuada y abono orgánico. No olvides regar los rosales de tu jardín abundantemente tan pronto como sean plantados, y con regularidad si lo has hecho poco antes de la primavera y el verano para favorecer que enraíce bien.
Cuidados necesarios de los rosales en el jardín
A pesar de que la rosa parece una flor delicada, la realidad es que son arbustos muy resistentes que incluso soportan heladas y climas muy adversos, de hecho, una de las zonas de mayor amor por su cultivo es Inglaterra. Así pues, no hace falta que te preocupes mucho por su protección en invierno lo que simplifica bastante el cuidado de rosales.
Imprescindible para climas cálidos
1.- Riego moderado de otoño a primavera. En días alternos y a primera hora de la mañana mediante un sistema de goteo, ¡ojo, mejor no mojar la hoja! En verano el riego por goteo debe ser diario. Una forma de optimizar el riego y mantener el suelo fresco y la humedad, es mediante la extensión de corteza de pino en tus macizos además de crear un bonito efecto estético ayudarás a su desarrollo.
2.- Escardar o eliminar las malas hierbas, que entran en conflicto con tus rosales además de darle a la zona un aspecto descuidado y afearlo considerablemente.
3.- Abonar. Los rosales necesitan alimentarse durante la floración por lo que el aporte de nutrientes durante los meses de primavera y verano debe ser mensual.
4.- Atención a plagas y enfermedades. Los rosales en el jardín son muy sensibles a ellas, aunque actualmente se desarrollan variedades cada vez más resistentes, hay que prestar atención a pulgones, ara
ña roja y orugas como plagas más frecuentes y oídio, mildiu y roya como enfermedades fúngicas habituales. Unas y otras deben combatirse con insecticidas y fungicidas específicos para cada problema cada 2-3 semanas en primavera-verano. En otoño e invierno según se observe la presencia de cualquiera de ellas.
El arte de podar un rosal. Cuál es el momento
Para la poda de los rosales hay diversos criterios, si bien hay unas normas generales que aconsejamos seguir: hay que eliminar SIEMPRE y desde la parte más inicial, las ramas secas, enfermas, debilitadas o que crezcan hacia dentro del rosal dificultado el buen desarrollo de todo el arbusto.
Es importante hacerlo siempre de forma cuidadosa y con una herramienta bien afilada, unas tijeras manuales de poda, que propicie un corte limpio, evitar desgarrones es indispensable para la salud de la planta. El corte debe ser, además, en diagonal y por encima del brote para no malograr el desarrollo de esa rama. Las secciones al bies y con orientación hacia abajo evitan que el agua se estanque y provoque hongos en los rosales del jardín, ya propensos a estas enfermedades.
Frecuencia
Los rosales en el jardín requieren de una poda cada año, de moderada o severa en función del tipo de rosal de que se trate, para rosales de pie alto aconsejamos una poda menos drástica que para los arbustivos. En cualquier caso, la poda les servirá para rejuvenecer las ramas y que las nuevas broten con vigor y salud. No obstante lo anterior, eliminar las rosas marchitas durante todo el año es una tarea imprescindible para que la fuerza del rosal se concentre en las nuevas flores. La época perfecta para hacerlo es el mes de febrero en zonas cálidas del litoral y marzo para las más frías.
Consejos para tenerlos siempre bonitos
Te los resumimos con la frase de Antoine de Saint-Exupéry, que encabezaba este post “fue el tiempo que pasaste con tu rosa lo que la hizo tan importante”, las pautas ya te las hemos dado, nuestro consejo es que pases tiempo observando tus rosales, no solo los disfrutarás en todos los sentidos: fragancia, vista y tacto aterciopelado de sus flores, sino que podrás apreciar cuáles son sus necesidades para prestarle los cuidados que requiera.