El jardín vertical que culmina la zona de la piscina es lo más significativo de este proyecto. Los espacios diáfanos conviven en armonía con las especies mediterráneas, consiguiendo un jardín sencillo y acogedor a la vez. El sonido de las hojas de una Strelitzia ejemplar, los olores cítricos de las lantanas y el limonero, y las iridiscencias de las ramas de los olivos son un verdadero goce para los sentidos. Sus propietarios, profesionales muy ocupados, encuentran aquí el relax y el bienestar que necesitan.