Jardines con macetas
Consejos para una buena plantación
Para tener jardines con macetas (y con vida) no es imprescindible que tu espacio sea grande. Cualquier zona susceptible de decorar con macetas y plantas se puede convertir en una estancia más de la que disfrutar, una extensión de tu casa y de tu personalidad. ¿Tienes balcón, terraza, lucernario? Pues son sitios perfectos para dejar tu impronta vegetal y tener tu jardín con macetas.
Nosotros te echaremos una mano sobre qué aspectos hay que tener en cuenta para que tú mismo puedas llevar a cabo tu proyecto.
Una maceta, macetero o jardinera bien escogido, una planta adecuada al sitio donde quieres ubicarlo y seguir las recomendaciones que te hacemos a continuación. Tu terraza se convertirá en ese sitio en el que sentarte a leer, tomar algo o simplemente relajarte con colores, sonidos y aromas agradables.
La plantación en maceta requiere seguir algunas reglas sencillas para garantizar el éxito de desarrollo de unas plantas sanas y esplendorosas.
Por otra parte, la ubicación de jardineras y maceteros dentro de un jardín con especies plantadas en el suelo es una opción magnífica para dar un toque de modernidad al estilo más tradicional de espacios verdes.
Tu jardín con macetas será un jardín dentro de otro.
Sigue leyendo, que tenemos muchas cosas más que contarte, a tiempo de dejar este post siempre estás, ¿no?
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Un poco más allá de un macetero que te guste
La elección del contenedor no debe ser aleatoria, los maceteros alargados y estrechos son más inestables por lo que no deben ser utilizados con especies altas porque pueden ser tumbados por el viento o por accidente. En los bajos tipo plato es conveniente plantar especies bajas para mantener la armonía de los volúmenes, pero en cualquier caso, elige siempre una planta que te agrade porque la cuidarás con más mimo.
Algunas variedades de plantas necesitan más o menos espacio para crecer. En general, es el tipo de planta elegida que determina las dimensiones de la maceta, si bien un criterio a utilizar es el ancho o diámetro y la profundidad.
Las macetas grandes podrán acomodar arbustos, una combinación de distintas variedades de plantas y/o especies colgantes.
Mientras que las macetas pequeñas serán más adecuadas para plantas de temporada, bulbos y crasas o agaves. Con respecto a la profundidad de la maceta, la regla es que la profundidad debe ser igual a un tercio de la altura final de la planta.
El material a elegir en tu jardín con macetas
Existen diferentes materiales: barro, granito, zinc, hierro, terracota, madera, plástico, resina, hormigón. Por sus principales ventajas y, para evitar entre otros los problemas de peso, es aconsejable, si hablamos de una terraza, el uso de macetas de plástico o resina. Este tipo de macetas tiene la ventaja de que son ligeras, modernas, sólidas, resistentes a la intemperie, y se fabrican con diversas formas y acabados. En muchas ocasiones son hidrojardineras (con reserva de agua) lo que las hace especialmente atractivas para la optimización del riego.
Nosotros te animamos a que no tengas reparos en elegir algo que te guste y lo utilices con imaginación.
Actualmente hay muchísimas posibilidades de optar por maceteros económicos que puedes «tunear» a tu gusto. Las pinturas a la tiza, de todos los colores, se adaptan a cualquier superficie solo con que esté limpia, no necesitan imprimación previa y son muy fáciles de aplicar porque también están en formato de spray. ¡Lánzate y te sorprenderás del resultado!
Entonces, ¿qué elegir, con o sin reserva de agua?
La reserva de agua de una maceta permite regar las plantas con menor frecuencia que las que desaguan y favorece que su absorción se realice más lentamente por la planta. Eso mismo sucederá cuando se aporten los nutrientes necesarios para su alimentación y cuidado. Esto es ideal cuando pasas tiempo fuera de casa, en periodos vacacionales o si no tienes tiempo para cuidar de tus plantas.
En cualquier caso, para jardines con macetas integrados en el suelo, te sugerimos que no utilices hidrojardineras e instales una variante del riego por goteo en las mismas. Pon unos microtubos fijados en el macetero. ¡Así garantizas que el aporte de agua esté al consonante con el resto del jardín!.
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Prepara tu maceta
En primer lugar, deberás preparar el recipiente.
Si has elegido maceteros que drenen el agua, observa que estén preparados con los correspondientes agujeros para desaguar.
Aunque la mayoría de modelos ya los tienen hechos, es posible que algunos no estén perforados previamente ante la eventualidad de que con un kit autorriego se pueda convertir en hidrojardinera. Si este no fuera el caso, puedes taladrar el fondo del recipiente con varios agujeros pequeños o uno grande.
¡Atención, truco!
Para taladrar con garantías de que no se vaya a romper el macetero, utiliza una broca no muy grande y vé cambiándola de tamaño hasta hacer el orificio adecuado. Voltea la maceta para agujerearla, te resultará más sencillo y evitarás que se raje o se rompa.
El drenaje en los jardines con macetas
Es hora de llenar el fondo de tu maceta con un lecho de arlita o arcilla expandida. Aproximadamente 1/5 de la altura de la maceta será suficiente. Este drenaje es un paso esencial para el éxito de su plantación, evitará que las raíces se pudran en el agua estancada del fondo de la maceta.
Si tienes una maceta con reserva de agua, no es imprescindible configurar el drenaje, ya que la reserva de agua suele regular el exceso contenido en el fondo. Después de colocar la cama de bolas de arcilla, puedes instalar un fieltro o malla geotextil que permite contener la tierra durante el riego. Con ello evitas ensuciar el suelo y que los agujeros de drenaje no estén bloqueados por dicha malla.
El sustrato
Este paso es fundamental. Elije siempre una buena tierra para las especies. Hay tierra para macetas especialmente mezclada para plantas que van a desarrollarse en este soporte.
También puedes usar un sustrato especial, que lleva una combinación de fibra de coco, turba rubia (mejor que la negra), perlita o vermiculita y compost vegetal. ¡Ya tenemos preparado el fundamento de tu jardín con macetas!
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¿Acabamos la plantación? ¡Vengaaa, que esto es lo más interesante…!
- Para una buena distribución de plantas que garanticen un jardín con macetas equilibrado y estético te recomendamos que si vas a colocar distintas variedades de plantas, primero pruebes a ubicarlas sin plantarlas. Eso te permitirá elegir la composición que más te guste. Las plantas siempre tienen un lado bueno, como los famosos, así que prueba a ir girando hasta que encuentres su parte más bella.
- Siguiendo un patrón ideal, las plantas altas deben estar en el centro de la maceta, las plantas bajas alrededor y las plantas que cuelgan en el borde. Pero te invitamos a que seas audaz y pruebes combinaciones que te gusten a ti, que vas a ser quien las disfrute.
- Es importante respetar un espacio para que las plantas respiren, así como un marco de plantación que permita su desarrollo, unos 10 a 15 cm al plantar será suficiente.
- Suelta la planta de su recipiente actual, para ello cógela con firmeza del centro (salvo que sea un cactus, para el que te recomendamos que utilices guantes de seguridad) y golpea la maceta con sutileza pero con firmeza.
Hazlo dando golpes circulares para desprenderla del contenedor original. - Coloca la planta o plantas en la maceta así preparada en la que habrás abierto un espacio previo y cúbrela con una capa de sustrato. Apisona bien la tierra a su alrededor y riega generosamente. Puedes aplicar la regla de los 3 riegos (uno para la planta, uno para la tierra y uno para la maceta). Ya tendrás la planta en su sitio lista para crecer con esplendor.
Quizás sembrar semillas….
Hemos detallado la técnica para plantar tus plantas en una maceta, pero también puedes cultivar tus plantas o flores desde un semillero.
La técnica sigue siendo la misma (excepto en el riego, que no requiere de tanta cantidad). La diferencia es que es un poco más larga en el tiempo que la anterior y no siempre resulta exitosa.
Entierra varias semilla (6-7 estará bien) un poco separadas para que cuando germinen las puedas extraer para plantar en alveolo sin dañarlas. Utiliza un recipiente sin agujero de drenaje y con buen sustrato. Humedece bien la tierra y cubre cuidadosamente con papel film y papel de aluminio para evitar que la humedad se evapore. Tiene que quedar embalado para que no entre la luz. A partir del 3er día, destapa el papel de aluminio y antes de retirar el film sacúdelo ligeramente con los dedos. Eso hace que las gotas de vapor condensado que hayan podido generarse se desprendan. Riega con una cucharadita de postre y vuelve a embalar.
El proceso será lento, tardará varias semanas, pero cuando asome la primera semilla germinada te aseguro que experimentarás lo que es la maternidad vegetal.